Desde el diario bogotano El observador, el periodista Víctor Silanpa se sumerge en su trabajo mientras evita su propia vida. Un día recibe una llamada que lo conduce a las orillas del río Sisga, donde han encontrado el cuerpo desnudo de un hombre que lleva días empalado, pudriéndose. Al redactar la nota sobre el cadáver, el protagonista ignora que se trata apenas del comienzo de una investigación que lo ponrá en grave peligro. Pronto, el giro mortal que toman los hechos obliga a Silanpa a esconderse, renunciar a la vida que tenía, y continuar sus indagaciones lejos de casa, de la tranquilidad cotidiana, no sólo para llegar al fondo de todo, sino para seguir respirando. Así, su vida dará un vuelco cuando se relacione con una variopinta galería de personajes: Mónica, su mujer, que amenaza con dejarlo; Emir Estupiñán, repentio ayudante de detective; Guzman, su gurú personal, internado en una casa de reposo; Quica, una prostituta dispuesta a todo; hombres poderosos que trafican con influencias; mujeres fatales que saben bien lo que quieren. Corrupción, engaño, crimen. La ficción de Perder es cuestión de método recrea esta realidad Latinoamérica que todos sufrimos a diario, y en la que vivimos sin posibilidad de escape.