Pocos textos tan representativos de la escritura kafkiana como La metamorfosis. En el estrato más profundo de estas páginas Kafka oficia de testigo de la sociedad de su tiempo, la del hundimiento del viejo orden imperial austrohúngaro y del aumento imparable de la burocratización, del control y de la manipulación de la vida. Un haz de tensiones que Kafka recoge, en cualquier caso, bajo la gran metáfora que da nombre y nervio a este texto magistral, y que no deja de ser una máscara más, la más extrema tal vez, de su gran obsesión: la «debilidad humana».