Rosalind Lang ha sufrido el peor destino posible para una espía: ser descubierta. Con la tormenta mediática acampada frente a su apartamento por la infame Dama de la Fortuna, apenas ha salido de su dormitorio desde hace semanas, tramando su próximo movimiento después de que sus recuerdos de Rosalind fueran borrados y Orión capturado. Puede que su matrimonio fuera una farsa, pero su ausencia le duele más que cualquier herida física y no descansará hasta recuperarlo. Sin embargo, con su identidad al descubierto, la tarea resulta casi imposible. La única forma de salir de la ciudad y rescatar a Orión es convencer a sus superiores de que su pueblo necesita estar más unido que nunca, y de que sea ella la encargada de despertar el orgullo y la fuerza de su gente. Pero el plan no sale como Rosalind espera.