Durante la decadencia del imperio, el camino de Valeria, la patriarca romana, cruza con un Jesús de Nazareth inquietantemente humano. Comenta Jorge Volpi acerca de esta obra: ´Siguiendo la estela de Nietzche, yo también prefiero un Dios, un Jesús, como el que Laveaga ha sabido pintar en esta espléndida novela´; por su parte escribe Eloy Urroz: ´¿Qué se propuso Gerardo Laveaga con esta novela poderosa, imaginativa, rebelde? ¿Una relectrura cristiana de El Anticristo, de Nietzche o, más bien, una relectura nietzcheana de los Evangelios?