La integración educativa es un proceso en vías de consolidación, los obstáculos más comunes a los que se enfrentan los niños con necesidades educativas especiales, no son de tipo arquitectónico, ni los contenidos curriculares elevados, ni la severidad de sus limitaciones físicas, sino las barreras humanas: la falta de sensibilidad hacia lo diferente, el poco conocimiento sobre las nuevas tendencias integradoras, y sobre los derechos inalienables a la educación y al disfrute de los ambientes regulares. Es ahí donde el proceso se entorpece, las inseguridades y las carencias de respaldo técnico-pedagógico son una realidad; sin embargo, no podemos esperar años a que esto cambie, es el maestro quien históricamente ha dado las pautas para transformar y transformarse, la integración de niños especiales es una oportunidad, un reto profesional y un compromiso personal con cada uno de esos pequeños. En este contexto, un niño especial en mi aula se dirige a educadores, psicólogos y profesionales afines que aspiran a la excelencia educativa a través de la integración de niños con necesidades educativas especiales, con o sin discapacidad; es además un libro interactivo que aborda temas controvertidos hoy en día, reflejados en acciones concretas para promover nuevos paradigmas educativos.