La poesía de Gabriela Mistral es fiel a sus inquietudes religiosas, a su perspectiva de la muerte y a la dulzura de la maternidad. Sus versos, caracterizados por su fácil comprensión, componen su amor por la naturaleza, en especial la de América Latina, donde las danzas, las plantas y los animales son una puerta hacia las culturas, sus colores y sus elementos.