Ellos tomaron un screenshot. Recibieron algunos. Enviaron otros. Todos coincidían en algo: mensajes que eran por completo personales. Casi de inmediato comenzaron a circular por la red, convertidos en capturas de pantalla. Su intimidad era muy frágil, vulnerable y no lo quisieron ver. Estos son relatos imaginarios que parecen reales, casos ficticios que, de tan cercanos, se asemejan más a un testimonio. Culpables e inocentes que confiaron en el otro, que se equivocaron con el otro. Sexting, sextorsión, ciberacoso, ciberbullying. Screenshot: revela cómo una herramienta útil e inocente, puede convertirse en un arma letal y en un instante. Ellos hicieron daño o resultaron lastimados.