El buen humor da slaud y las malas caras enferman. El buen humor distingue a las personas saludables, que conocen el lado hermoso de la vida y las fuentes del bienestar. Los malhumorados son gente demasiado seria; se han creido lo mejor de este mundo y son pobres seres que no saben gozar de todos los biens que Dios nos ha dado para gustar su belleza, armonia, esplendor.