Son opuestos en todos los sentidos…
INTROVERTIDO. CAUTELOSO. EXTREMADAMENTE CORRECTO.
Kai depende de una votación para convertirse en el CEO de su imperio familiar, por lo que el billonario no puede permitirse el lujo de distraerse con Isabella. Sofocado por responsabilidades y promesas, cuando están juntos siente que finalmente puede respirar.
AUDAZ. IMPULSIVA. ALEGRE.
Isabella no ha asistido a una sola fiesta en la que no fuera el centro de atención, ni ha conocido a un hombre al que no pueda enamorar…, excepto a Kai, que es miembro del club exclusivo en el que trabaja como mesera. Pero aunque les cueste todo lo que tienen, no pueden resistirse a caer en la tentación de sus deseos prohibidos.