Esta historia sucedió en un valle. Pero no en uno cualquiera, sino en un valle embrujado. Lo gobernaban tres brujas muy malvadas, famosas y temidas por sus escalofriantes hechizos. Sí, sé que pone los pelos de punta, quizás hasta tus dientes han comenzado a repiquetear. Pero si tú, como yo, quisieras convertirte en una auténtica bruja, también habrías tocado el timbre del Castillo Prohibido.