Roland y el Ka-tet siguen viajando en Blaine, el tren loco que busca su destrucción, hasta que finalmente Eddie le vence en el concurso de adivinanzas. Por fin podrán bajar y se encuentran en la tierra de Topeka. Aquí Roland decide contarles a sus compañeros su propia historia, de cómo llegó a abandonar su país y convertirse en pistolero. La historia es larga y trágica y lo más triste es como llegó a enamorarse de Susan quien ya estaba prometida a un señor mayor, poderoso pero repugnante. Se aman en secreto y planean escaparse juntos. Pero los jóvenes están rodeados de odio y traición y Roland también duda a ratos. ¿A dónde le lleva su destino? ¿Hace la Torre Oscura para salvarla o hacia la felicidad con Susan? Finalmente Roland se convierte en víctima de las bolas de cristal: con ellos le engañan y Susan muere. Roland tendrá que seguir hacia delante pero siempre se reprochará por su muerte. El Kat-tet de nuevo consigue ver el camino hacia la Torre y sigue adelante.