Pancha escribe dos historias: la suya con Peter y la de la maestra Zu. Aunque le costó trabajo, pudo hacer un espacio para ambos, no solo en su libreta, sino también en su corazón. Todo comenzó el día en que Zu faltó a clases. Bueno, Pancha no lo cuenta en ese orden porque lo importante para ella no es lo que pasó sino lo que recuerda.