"Lo único que quiero en la vida son tres cosas: vivir con Diego, seguir pintando y pertenecer al Partido Comunista". Pronunciadas poco antes de morir, estas palabras, ciertamente, revelan que Frida Kahlo aún tenía deseos por la vida.
El día de su muerte se levantó temprano y estaba animosa porque soñaba con celebrar sus bodas de plata: el 21 de agosto hubiera cumplido 25 años de casada con Rivera; "traigan mucha raza" les decía a sus invitados, porque ansiaba festejar con una gran comida mexicana. Para la ocasión había adquirido una antigua argolla de oro, bellamente labrada, para Rivera; a Frida le hubiera hecho muy feliz sellar así, el pacto de amor y complicidad que estableció con el pintor muralista desde agosto de 1929.