En la mayoría de los casos, el niño o la niña nunca deberá limitarse a realizar aisladamente y en silencio el trabajo, sino que este estará caracterizado por una constante elaboración oral de las situaciones que se le planteen y por la aplicación de todos los recursos que tenga el reeducador para sacar el máximo provecho a cada trabajo. Se deberá estar siempre alerta para saber detectar aquellas situaciones en que el niño o la niña tenga mayor dificultad y saber precisar si se trata estrictamente de un fallo de comprensión de lo que ha leído (provocado por una eventual distracción, por lectura excesivamente veloz, por omisión de alguna palabra que altere el sentido de la frase, etc.) o bien si el problema radica en que la niña o el niño no ha incorporado previamente el concepto al cual se hace referencia. Por ejemplo: si debe identificar si la pelota está encima, debajo, a la derecha de la mesa, etc., y lo resuelve incorrectamente, es posible que aún no haya adquirido con claridad estos conceptos. En tal situación, se retrocederá en el trabajo para afirmar dichas nociones espaciales de la manera en que el reeducador lo considere oportuno. Estos ejercicios pueden aplicarse, tanto en sesiones individuales como grupales. En los casos de sesiones colectivas, el logopeda o profeso