Bajo la forma de aforismos, Baltasar Gracián dio forma a una de las obras más importantes del Siglo de Oro, que aún hoy, cuatro siglos más tarde, sigue estando vigente en su objetivo último de regir el buen gobierno de las personas. Gracián prescinde de la argumentación a base de ejemplos que había dominado en la retórica medieval y esconde su propuesta con frases basadas en la realidad de los hechos y la utilidad de las acciones. Un clásico más que moderno.