Las montañas Ozarks son un territorio mítico en el imaginario norteamericano: un lugar en el que desde mediados del siglo XX se encontraban aquellos que huían de las imposiciones de la sociedad, de la ley, del dinero o de sí mismos. Así, en apenas unas décadas, en ese paisaje abrupto y agreste se congregaron fugitivos y hippies, baptistas y ufólogos, aventureros y estafadores... Hoy en día, las montañas Ozarks son incluso parte del show business gracias a series de gran audiencia como Mountain Men (Canal Historia) o The Ozarks (Netflix), pero cuando en los años setenta Sue Hubbell se fue a vivir allí, aquello era un territorio bastante más salvaje (en todos los sentidos). Como tantos otros, Hubbell llegó tratando de huir de una vida regida por los salarios, los horarios y eso que llamamos "el sistema". Era imposible, por supuesto, y no tardó mucho en darse cuenta.