Con el humor corrosivo que lo caracteriza y el implacable análisis político, Jairo Calixto Albarrán elabora una serie de perfiles de políticos y suspirantes que se mueven indignados por la escena política mexicana, ataviados de hipocresía, doble moral y clasismo se dicen defensores de la democracia y progresistas cuando han peleado con uñas y dientes por mantener sus privilegios, explotar a los trabajadores, aprovechar las desgracias del país para mostrar su indiferencia ante los menos favorecidos, soltar sus fake news e impulsar a sus periodistas vendidos al mejor postor: armadores de montajes y payasos vulgares venidos a menos cuya esencia misógina y resentida los perseguirá hasta sus últimos días. Celebridades como Verástegui y Milei, Lorenzo Córdova y la ministra Piña, Agustín Laje y otros más desfilan en este jardín de las delicias derechairas para confirmar que, hoy más que nunca, un fantasma recorre el mundo: el del derechairo sin Ferrari, sin congruencia social ni capacidad política.