En Estados Unidos, la depresión melancólica está reconocida y tratada como una enfermedad inflamatoria del cerebro. Descubrimos que los trastornos hasta ahora considerados como psicológicos también tienen unas causas biológicas que, incluso, podemos encontrar en un primer plano. ¿El punto de partida? El intestino y los miles de millones de bacterias que conviven allí.