A la gran pregunta de por qué no leen los adolescentes, habría que responder que sí leen; leen libros como Atrapados en la escuela, historias que les abren los ojos para ubicarse mejor en la vida, y les abren la boca de risa o de asombro. A veinte años de distancia de la creación de esta antología de cuentos, la respuesta me sigue pareciendo vigente: los adolescentes no leen cuando los fuerzan, porque tienen ganas de vivir, de escaparse de la escuela, de saber lo que se siente ser libre. Y Atrapados en la escuela es justamente el libro que significó diversión y libertad. ¿Cuál fue el motivo del éxito? Porque lo que ahora parece natural no sucedía en aquellos años: crear libros excitantes, seductores, interesantes para que los adolescentes lean historias en donde los protagonistas son también adolescentes, y así, como millones de personas en el mundo, elijan la increíble experiencia de leer.