Aunque Piotr Kropotkin no fue el primero que denunció esta grosera manipulación, sí fue el primer naturalista que estuvo en condiciones de ofrecer un estudio pormenorizado de sus implicaciones. Y lo que Kropotkin descubrió puede ser fácilmente resumido: «Los más aptos» no tienen por qué ser los más fuertes ni los más individualistas, sino los que mejor se adaptan al entorno. Y las especies que más posibilidades tienen de sobrevivir son aquellas que saben encontrar en la solidaridad la mejor arma para asegurar su devenir.
Así aparecen las nociones de «apoyo mutuo» y de «ayuda mutua». Pero Kropotkin no se limitará a ofrecer una explicación ajustada de los presupuestos de Darwin, sino que, sacando las conclusiones antropológicas y políticas oportunas, extenderá su razonamiento a la sociedad humana en su conjunto. De esta forma identificará las circunstancias y procesos históricos que demuestran que es a través del apoyo y la ayuda mutua ?y no a través de la lucha despiadada de «todos contra todos»?, como las sociedades humanas han podido extenderse y afianzarse, identificando los periodos de mayor expansión de esta idea con aquellos en los que el ser humano ha logrado dar lo mejor de sí mismo como especie y como conjunto de individuos.